Con la puntualidad inglesa, a la cual nos tienen acostumbrados se da suelta a su astado, en la plaza del pueblo alcarreño de Atanzón.
La singularidad de esta suelta consiste en desencierro desde la plaza al campo y posterior encierro desde el rastrojo al pueblo. Sin la presencia de coches, con los cuatro jinetes encargados de los bueyes, el resto de los aficionados a pie.
Enhorabuena a la Villa de Atanzón, por luchar y defender la autenticidad de sus tradiciones taurinas.
No hay comentarios: